El propósito de la vida no está en lo que hacemos ni en lo que tenemos, sino en recordar quienes Somos. Eso solo se descubre cuando encontramos cierto equilibrio interno y nos conectamos con nuestra esencia profunda, cuando vivimos en coherencia (mantenemos alineado lo que sentimos, lo que pensamos, y lo que hacemos).
Una vida con propósito y sentido es aquella que se vive, en primer lugar, desde el amor a sí mismo: el reconocimiento de que somos únicos, dignos de amar y ser amados. Y, desde este lugar de amor propio, podremos darnos cuenta de nuestros talentos, virtudes, sentimientos y de los sueños que nos estimulan a levantarnos cada mañana.
Hay momentos vitales, como son las situaciones de crisis, transformación, cambio o pérdidas, que nos empujan a preguntarnos cuál es la razón de vivir. Y, en esas circunstancias, descubrir el sentido nos ayuda a seguir adelante, a aceptar lo que hay, y nos recuerda que ese momento forma parte del camino de la vida y que más adelante comprenderemos para qué.
¿QUIERES ENCONTRAR TU PROPÓSITO? TE INVITO A RE-CONOCERTE CON MIS PROGRAMAS TERAPÉUTICOS. Solicita información.
Deja tu comentario